Un gol de cabeza del serbio Branislav Ivanovic, en el minuto 93, le dio al Chelsea de Rafa Benítez la Liga Europa, al derrotar por 1-2 a un Benfica que jugó mejor, pero no tuvo acierto.
Curiosamente, el Chelsea, vigente campeón de la Liga de Campeones, acumulará durante diez días los dos principales títulos europeos y Benítez, denostado durante toda la temporada por una parte de la afición "blue", se despedirá con otro trofeo continental en su palmarés.
El desenlace fue el más cruel posible, porque el Benfica puso el juego y el Chelsea el tino.
Quizá, porque condicionado por las lesiones de John Terry y del belga Edin Hazard, Rafa Benítez trastocó sus planes y el equipo lisboeta lo aprovechó para dominar el juego.
El técnico español situó a Gary Cahill junto a Branislav Ivanovic en el centro de la defensa y volvió a adelantar al centro del campo a David Luiz, para formar la pareja de mediocentros con el veterano Frank Lampard.
No le salió demasiado bien, porque el Benfica fue el claro dominador durante todo el primer tiempo y, si no rentabilizó su presencia en el campo rival, fue porque le faltó aplomo para culminar sus numerosas llegadas al área. Ni el paraguayo Óscar Cardozo, ni los argentinos Nico Gaitán y Eduardo Salvio, ni el español Rodrigo Moreno tuvieron la suficiente claridad para encontrar la meta de Petr Cech.
Al contrario, la mejor ocasión del primer tiempo fue del Chelsea; un disparo desde fuera del área de Lampard que despejó con apuros Artur (m.38). Fue, en realidad, la única que tuvo el equipo de Benítez, con Mata y Óscar desconectados y Fernando Torres, inédito.
No cambió casi nada tras el descanso. El Benfica siguió desperdiciando su dominio y el Chelsea dando la sensación de estar superado.
Pero lo que varió fue el marcador. A la hora de juego, mientras el conjunto lisboeta se lamentaba de la enésima aproximación perdida, un remate de cabeza del "Toto" Salvio, Cech sacó con la mano hacia el centro del campo. Ahí, con un toque sutil, Mata envió el balón a Torres y, el "Niño", con el balón controlado y en carrera aún es infalible; superó a Luisao y regateó al meta Artur para adelantar a su equipo.
Sin embargo, con todo a favor, no sentenció el Chelsea y el Benfica halló el empate gracias a un penalti por manos del español César Azpilicueta que ejecutó Cardozo (m.68).
Se quedó sin dueño el encuentro desde ese momento. Torres reclamó un penalti por un placaje de Luisao dentro del área. Cardozo puso a prueba a Cech (m.81) y Lampard envió un cañonazo al larguero, siete minutos después.
Con el título expuesto a un único acierto, fue Ivanovic el que acertó en el último minuto del descuento. Remató de cabeza en el 93, convirtió al Chelsea en campeón y llevó al desconsuelo al Benfica, "maldito" en finales europeas desde que ganase al Real Madrid en 1962.
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